Aunque en un tono nostálgico, se atreven hasta con un beat de reggaeton en este nuevo tema que nos habla del paso del tiempo y el deseo de vivir otras vidas

Lo pienso y no pasa, lo extraño y lo pierdo, con estas líneas del tema “Tampoco puede ser eterno” nos acercamos al eje en torno al que gira esta canción; el tiempo vivido desde los ojos de quien lo mira, la espera de quien lo atesora, la celeridad de quien no es capaz de darse cuenta de que está pasando, y sin remedio, lo pierde.

Algo más de un año después del lanzamiento de su álbum conjunto “La voz en contra”, Laura Sam y Juan Escribano se vuelven a dar la mano para “Tampoco puede ser eterno”, una canción que surge de una pequeña estrofa de un poema de Laura y que bebe de influencias que van desde el rap hasta, de un modo más simbólico, las Termas de Vals de Peter Zumthor. Su profundo universo creativo se amplifica esta vez con una colaboración de lujo, la de Abraham Boba (León Benavente), a quien escuchamos cantar y recitar empastando a la perfección su voz con la de Laura.

Se trata de una canción que surge en un momento de paréntesis entre dos etapas cuyo eje central es el paso del tiempo y su velocidad, y la utópica posibilidad de estar viviendo otra vida en ese momento. Si bien primero nos evoca a la nostalgia, es uno de los temas más luminosos del dúo, de esos que te puede animar un día aunque en sus líneas haya profundas y crudas reflexiones con las que abren así el mapa de los múltiples caminos no tomados a lo largo de nuestra vida; esa realidad que transcurre paralela a la nuestra y en la que quizá los errores que cometemos aquí, jamás existieron en ese lugar que idealizamos, un lugar a veces mejor, a veces mucho peor que este.

Para Abraham Boba, invitado de lujo en este regreso de Laura Sam junto a Juan Escribano, también ha sido un deseo cumplido esta colaboración; Conocí a Laura como poeta hace algunos años, antes de que se adentrase en la composición de canciones. Cuando me contó que estaba preparando un proyecto con Juan Escribano no me sorprendió, su forma de recitar tenía ya una musicalidad definida. En un encuentro que tuvimos el año pasado le comenté que me encantaría escuchar una canción suya en la que se mezclase su característico fraseo con algo más “cantado”. Creo que esa idea les rondaba la cabeza al componer esta canción y que por eso me pidieron colaborar en ella. Tras escuchar una primera demo no tuve dudas, para mí cumplía un requisito imprescindible a la hora de aceptar cualquier invitación a colaborar en una obra ajena: me habría encantado que esa canción fuese mía. Trabajamos a distancia y uní mi voz a la de Laura. En ningún momento sentí la canción como extraña, de alguna manera apelaba a todo lo que me gusta: sinceridad, sentimiento y, por qué no, un baile oscuro, sensual y pausado.

Producido por Jon Arrizabalaga, ex componente de WAS al igual que Juan Escribano, el tema se grabó en El Tigre Estudios de Bilbao, confiando una vez más en su sensibilidad y en el talento que tiene para hacer crecer las canciones. La portada es de Fellas Studio.En las próximas semanas, se publicará un videoclip dirigido por Díscolo, quien completa junto a los artistas creativos que participan en él un equipo completo de Murcia, cuna también de Laura Sam, siempre muy presente en el proyecto.

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